
En mi opinión no es la mejor película de Woody Allen, pero me parece una obra magnífica. Me gusta Woody Allen cuando se sale de su línea característica y teje un relato impregnado del cine europeo que ha mamado, y de las referencias literarias ("Crimen y castigo"). Es soberbio el retrato de los personajes. A destacar las interpretaciones. Sobre todo la de Colin Farrell (¡ igualito que en "Alejandro Magno"!).
Retrata un hecho escabroso y tremendo sin maniqueismo alguno, pulsando todos los resortes que llevan a una persona a cometer un crimen, y la evolución posterior del remordimiento (segun el caso). En ese aspecto me hace evocar a "No matarás" de Kieslowski, y "Las horas del dia", de Jaime Rosales.
Solo un gran narrador como Woody Allen (o un Spielberg) es capaz de retener una historia tan complicada sin que se le desboque y que no decaiga el ritmo ni el interés.
Se ve con agrado a pesar de la dureza del tema.
Lo peor: el final resuelto atropelladamente.
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